La
crisis en el mundo no es algo de la actualidad, a decir verdad ella siempre surge
cuando un país deja de valorar a si
mismo y empieza a ponerle por las nubes, a aquel que cruelmente se impone con
sus reglas financieras bajo el suyo.
Dese
luego los dedos de las manos no son iguales, pero cada uno tiene su gran
importancia para que nos la manejemos bien, de la misma forma reaccionan los
países y sus pueblos, cada cuál con su posesión. Sin embargo, lo que pasa hoy en
el mundo, es que por idiotez ajena a la razón humana, hemos sido condicionados a creer que para que seamos buenos debemos ser
como uno, y por error seguimos a aquel que le pusimos el rótulo de país del éxito.
La falta
de valoración e identidad particular nos ha llevado al derroche del tiempo con miles
de recetas empleadas en otros sitios y
que pensamos equivocadamente que podríamos
utilizarlas en nuestro hogar, aunque sin saber que nos resultará. Se equivocan
los expertos que se crean que exista dicha receta. Piensen ustedes un ratito. ¿Cuándo
ha empezado la crisis en el mundo?
En
realidad no ha sido en 2008 en Naciones Unidas, como muchos se lo creen, sino
cuando uno por desgracia, se le dio por globalizar al mundo, pero olvidándose
de un detalle extremamente importante, que los pueblos son distintos, así como
sus condiciones sociales y política interna.
La maquina salvaje del sistema financiero es
atrozmente cruel y no respeta la sociedad humana. La guerra es hecha con
intenciones de hacer más rentables las ventas de productos bélicos, de la misma
forma que la crisis les favorece a las
instituciones financieras en general. Entonces, les pregunto a ustedes. ¿Quienes
son los culpables por ello? Les digo yo que la propia sociedad que se deja esclavizar
con los rótulos y falsos conceptos que nos ponen ellos. Tales como: “No sois
tan buenos como los demás.”, “Se no te llevas algo de marca está a
contracorriente”, “Sí no te compras ese aparato estás pasado de moda”, mientras
más un pueblo se ponga de rodillas, de
esos marketing, más se aprovechan y se burlan de ellos, pues se dan cuenta
de su inseguridad con relación a su propio valor en el escenario mundial.
La gente
debe entender que no hay nada más importante que su país su pueblo, su cultura, sus tradiciones, su
gastronomía, sus productos producidos y aún más su lengua. Debemos
valorar nuestros productos producidos para incentivar la industria nacional, al
revés de comprar algo importado.
O Sea: Si
produzco vino y queso, debo consumirlo y bendecirlo. Si no soy capaz de preciar
mi producción nadie en ningún sitio, lo hará en mi lugar. ¡Vaya dónde vaya! De
la misma forma debemos valorar nuestra cultura y sus artistas; nuestro idioma y
sus escritores; nuestra gastronomía y
los rincones donde la podemos disfrutar etc…
Debemos
pensar que el mío es tan bueno cuanto los que se producen en un país extranjero.
Nunca olvidarse de su cultura, un pueblo que deja de valorar a su cultura, se
aleja de su propia existencia y pierde su identidad personal para la
competencia, que no perderá la oportunidad de explotarnos, vendiéndonos un
sinfín de cosas inútiles ya que muchas de esas futilidades no nos dice respeto
alguno, por referirse a algo ajeno a nuestra identidad cultural.
Cabe
añadir que el idioma del país, es su rasgo cultural imprescindible y clave para
su existencia en el mundo político, se pide urgentemente a la sociedad de forma
general, no hacer uso innecesario de palabras
extranjera en su propio país, al menos que dicha palabra no haya traducción en su idioma. Haciéndolo estará menospreciando
al suyo. ¿A quién le interesaría ese menosprecio? Por supuesto, que a aquellos
que nos quieren explotar, mientras más incultos nos ponemos más fácil les
resultará manejarnos, mientras se ríen de la ridiculez nuestra de este hecho. A
ellos eso es muy cómodo. ¿Verdad? De verás, no entiendo quién ha impuesto lo de eso. ¡Fíjense!
Muchos países de África siquiera tienen
símbolos de identificación escrita, o sea no posen alfabeto escrito para que
puedan estudiarlo, por eso dejan de valorarlo. De ahí, es que dichos países
siguen siendo explotados y depreciados por gran parte del mundo ya que no
desarrollan a su idioma para que puedan darse al conocer al mundo, la
posibilidad de aprenderlo y ensenárselo. Es muy claro, lo de eso, que cada
pueblo deba valorar mucho a su idioma.
Ningún
idioma es más importante que el que se habla en su pueblo en su país. Es horrible
observar que hoy muchos jóvenes desconocen a su propio idioma. No podemos dejar
de destacar, lo importante que es
aprender y comunicarse en otro idioma, pero eso para que podamos comunicarnos
sin problemas, en lo que se concierne a los negocios simplemente "UNA HERRAMIENTA", pero debemos
ser favorables que por buenos modales y cortesía se utilice el idioma básico
del país al cual esté visitando. Eso es una buena señal de respeto al país, a
su cultura y a su gente, donde estamos sólo de paso. Entonces debemos hacer hincapié en utilizarlo a
menudo al suyo.
La sociedad debe despertarse para ese grave
problema para que no seamos asolados por aquellos que se imponen por su
marketing de que son mejores que nosotros y que todo el mundo debe de leer su
cartilla. ¿Quién se lo dijo? ¿En que nauseabundo papelillo está dicha regla? ¡Por favor! Dejemos
de ser ingenuos de permitirles a ellos que sigan explotándonos y mintiéndonos,
como han hecho desde hace mucho.
Somos tan
buenos e importantes que dependen de nosotros para vendernos su gran cantidad de productos basura
que producen ellos en el mundo. ¿Quién se los mantienen con su lujo? Desde
luego somos nosotros que les damos el poder de presumirse todavía más. Más vale
tarde que nunca, para que desde ahora cada uno piense, lo cuanto su actitud es
imprescindible para que su país crezca y
sea valorado en el mundo, pues si no lo valoro yo. ¿Quién se lo valorará? Este
patrón que nos quieren calcar es falso, no nos sirve a nosotros. ¿Cuántos
empleos se van a perder en el mundo para que solo pocos se disfruten del bueno?
No
podemos olvidarnos que hay un gran interés por parte de algunos países, de que
venga a languidecer el EURO. Por esta razón, los países europeos deben de
empeñarse lo más presto posible en resolver la situación, la cual se encuentra
Europa. ¿Porque no darles la amnistía a los países endeudados para volver a
fortalecer la economía de forma general en Europa?
Debemos concienciarnos que no hay
pueblo, país y cultura mejor o peor, todos somos importantes y tenemos derechos
iguales de un porvenir, sin hambre, sin paros y crisis. Estamos todos
conectados, nunca habrá desarrollo, mientras seguimos reaccionando equivocadamente como
estamos. ¡Piénselo!
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