" Un soñador " Marcelo Jorge Sanchez .

Soy un soñador, un niño en cuerpo de hombre, llevo en mi pecho la esperanza en la humanidad, aunque a veces la incertidumbre cambie mi opnión muy pronto. ¿Merece la pena tanto llanto, tanta soledad? ¿A que viene eso? Me dicen mis pensaminetos haciéndome vueltas a mi cabeza. Quisiera que fueran así más razonables, más desafortunadamente carecen de razón, el olvido de la gente la cual quizá por ilusión creía que se pondrían a mi lado en esa lucha en busca de la sencibilidad humana perdida en su aislado mundillo o que me buscarían a ver que pasa, o que opino; pero no.....Un soñador de hecho soy yo. Pensamientos otra vez me dicen a mí..... Olvidate lo de eso, que tienen que buscar más que a ti; pero....¿.Y si estuvira en su sitio yo? ¿Quizá les haría lo mismo? Pensamientos me vienen y me contestan que no, que al menos les oiría a sus quejas o les donaría un ratito a ver que se les ocurre, no por curiosidad, sino por la sensibilidad que me mueve a mi rutina. Me dicen que me paso, que me pongo muy dramatico con lo de eso, pero seguro que no......Le digo a mi cabeza, aún no he perdido mi humanidad y le pido a Díos que me la detenga hasta la muerte, aunque la gente me señale con el dedo. Pienso que no me aburre efectivamente, el rencor no hace parte mi interior, sigo soñando que la humanidad aún se puede cambiar de su egoísmo, mismo que no me quede mucho tiempo para probarmelo en realidad...Quiza los niños de hoy podrán disfrutarlo de verdad en el futuro y que lo de eso no sea solo un sueño que he soñado en vano.
                                                        

El olvido

“ El olvido”

Y se me hizo tarde para decírselo
Y se hace muy pronto para que me lo comprenda
De pronto me he dado cuenta que el tiempo es al igual que a un soplo distinguido,
Un ratito sencillo en lo que se concierne a la vida mía, suya y nuestra,
Sin embargo es un regalo inolvidable que me trajo el camino, el cual anduve a lo largo de mi existencia. 
Es mi sino....

MARCELO JORGE SANCHEZ

Poesia

Rodrigo Silva Vieira


Dança

Fraca luz em fria pele
Fria pele em forte laço
Abraço.
Quatro segundos
Três suspiros
Dois corpos
Vermelho traço
Um.
Ah! Quem dera eu soubesse…
Se nas viagens ao devaneio
Está a essência!
Se nas ondas da carne,
Na rima fraca,
Na impertinência…
No movimento,
Da sola dos pés!
Dos trêmulos pés brancos!
Ah! Quem dera eu soubesse…
O teu nome!
Apenas para poder gritar
No êxtase do meu girar
No escuro deste quarto
repleto da minha loucura:
Fraca luz em fria pele
Fria pele em forte laço
Cansaço.
Um giro
Dois giros
Três notas
O chão.
Ah! Quem dera eu soubesse
apresentar-te algo bonito…
Se nem a mim consigo criar…
Confesso-te
nesta sombra,
e ao fim da melodia:
Não sei escrever
Poesia.

Poema : Pontos

                                                   Poema de Rodrigo Silva Vieira ( Mi hijo, estudiante de Historia en USP) 

                                                   Solo Dios sabe la dificultad que es para un chico de 18 años que nunca pudo ir a una escuela pagada en Basil aprobarse en una Universidad publica. Yo como padre sé lo dificil que fue y aún sigue siendo para que él siga estudiando alli. Sin ayuda de nadie y todavia con el drama de quedarse sin casa, pues nosotros estamos viviendo en una casa alquilada, sin dinero para pagar el alquiler. En nuestro país las personas no son valoradas como merecen y me duele mucho no poder ayudarle en su exito.

Rodrigo Silva Vieira

19 de setembro às 07:37 · Editado ·

Pontos
Tinha os pés pousados na areia
mas a cabeça nunca estava no lugar.
Grãos brancos transformados pela Lua
olhos negros encantados pelo mar.
Ficou ali mirando um tempinho
seu coração logo bateu em disparada.
“Teria o silêncio o som das ondas,
ou as ondas teriam o som do nada?”
Começou a caminhar a jovem alma,
hipnotizada pela sensação do infinito.
A brisa lhe disse “Tenha calma”,
“Mas não existe um vislumbre tão bonito!".
As ondas se encontravam inconstantes,
acostumadas com regras e vaivém.
Eram rudes sempre que contrariadas,
mas muito dóceis quando tudo estava bem.
O jovem aproximou-se com cautela:
“Tenho medo, eu não quero me afogar”.
Mas o mar lhe sussurrou muito baixinho
“Tenha certeza que eu não vou lhe machucar”.
O garoto não estava preparado
Mas o oceano agitado lhe puxou.
Queria tê-lo logo sempre consigo
Mas ao contrário, o menino se assustou.
Começou a correr longe das ondas
ansiando por firmeza e liberdade.
Mas ao buscar refúgio entre as pedras
sentiu no peito um pouquinho de saudade.
As águas se lamentavam todo dia,
engolindo barcos numa forte ressaca.
Queriam descontar tanta amargura
mas essa força o menino afastaria.
Pediu alguns conselhos para a Lua,
ela disse: “Eu irei lhe ajudar!”
“Mantenha sempre as ondas leves
tenho certeza que ele irá voltar”.
O garoto de noite voltou à praia,
em busca de seu perdido coração.
Encontrou-o na Lua e na brisa,
mas também ao longe na rebentação.
O mar daquela vez não impôs nada
E nas águas só se podia sentir.
“É a única exigência que lhe faço,
além de sempre querer te ver sorrir”.
O garoto por fim fechou os olhos
contemplando um começo de jornada.
“Teria o silêncio o som das ondas,
ou as ondas teriam o som do nada?”

Federico García Lorca

    DESEO
Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.
  Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.
  Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.
  Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.
  Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.
  Y tu corazón caliente,
Nada más.

  

                               Marcelo Jorge Sanchéz